domingo, 18 de octubre de 2009

Yo sí aborté, y no me arrepiento

Al comienzo no tuve cuidado, pero el miedo a que algo así pasara a mi edad, en mi situación (estudiante de primer año, 18 años) me hizo pensar en mejores métodos… ¿Cuándo fue el error? Quizá nunca lo sepa, pero sí sé que sucedió… ella me lo conto un domingo en la noche, se hizo la prueba tres veces y todas positivas, no sabía qué hacer, lloré.

Pasaron las semanas sin saber qué hacer, ella me había dicho que si pasaba lo tendría, que se iría de su casa, que desaparecería… ya no sabía si temía ser un padre adolescente o perder todo lo que quería. Se lo conté a un primo que pasó por lo mismo y me dijo que pidiera ayuda a mi padre como él lo había hecho…me acobardé.

Luego de confirmarlo con una prueba de sangre se lo contamos a una amiga. Ella no quería que lo perdiera, su prima también lo hizo y casi muere en el intento, las pastillas fueron demasiado fuertes. No quería perderla.

Ella me lo dijo; no lo quería, quería realizar sus sueños conmigo. Si había algún producto entre nosotros sería cuando tengamos los recursos para tenerlo, cuando tengamos la fuerza para criarlo, cuando estemos listos. Me dijo que me encargara del método, que confiaba en mí.

Sabía que cada segundo contaba, que mientras más tiempo pasara sería peor. Su amiga dijo apoyarnos, mi primo intento buscar un contacto pero una tragedia pasada hizo que fuera imposible… tenía que tomar una decisión y había leído durante semanas paginas en contra, a favor, métodos para hacerlo, etc.

Quedé solo con mi padre… habíamos conseguido parte del dinero pero no sería suficiente, tampoco teníamos como así que su ayuda era esencial. Veíamos una película sobre una adolescente embarazada, el día anterior vimos el crimen del padre Amaro…parecían señales para decirme “tienes que hablar con él”.

Yo no se lo dije, él me pregunto “¿Cómo se están cuidando?” le respondí que con varias cosas a la vez (no especifique pero habíamos hecho “el ritmo”, acabar afuera, pastillas, condones y la del día siguiente en el tiempo que íbamos, posiblemente el error fue con los condones o el ritmo). Le dije que CASI siempre funcionan…

No fue difícil adivinar, yo lloraba, el intentaba parecer tranquilo…le pedí ayuda y comenzó la conversación más importante que tuve, y quizá que tenga, con mi padre… toda nuestra vida resumida a unos minutos. Me ayudo.

Los contactos eran bastantes, consiguió todo como se debe, la plata: algún día te la pagaré viejo. Las gracias son eternas.

Fuimos a la clínica y la revisaron, estaba cerca del límite legal así que en un día hicieron la operación, nunca estuve tan nervioso, esperándola en los pasillos, escuchando los sonidos del hospital…parecía el fin de una pesadilla.

Al fin salió, ella estaba atontada pero feliz. Yo, demasiado.

Al fin nos reunimos nuevamente, vino el doctor y le agradecimos, le pagamos y nos dio un par de consejos, muchas gracias doc. Después fuimos a su casa, comimos y todo estaba bien.

Cuando regresamos al doctor le dijo que había salido muy bien y nos dio un producto de planificación familiar que usamos hasta ahora, vale la pena.

No hablo por hablar. Esta es mi historia y me duele contarla, porque creo que es necesario, porque hay gente que no tiene el padre que tengo, ni las oportunidades que me dieron… hay gente que no tiene opciones.

Podrán decirme asesino, podrán decirme ilegal, pero prefiero ser mal visto que no hacer nada; durante esas semanas supe de mujeres que casi mueren por intentar salvarse, a gente estafada por criminales que se aprovechan de la desgracia ajena; vi a mujeres solas sangrando con el dolor muy adentro.

Eso fue lo que me hizo escribir esto, el abandono a los más débiles no es mejor que la muerte, las mujeres que sufrieron esto lo saben muy bien pero el dolor les tapa la voz, la sociedad corrompida les tapa la voz, los intereses de algunas cúpulas retrógradas amordazan al pueblo para que todo siga igual.

No soy mujer pero invito a cualquiera que haya pasado esto a que lo divulgue, que con su dolor ayuden a quienes mañana no podrán elegir entre la vida y la muerte; yo se que varias tuvieron oportunidades como la de mi pareja y de verdad espero que sean capaces de levantar el rostro ante una sociedad que las quiere reprimir. Adelante mujer, mira hacia la libertad que siempre soñaste; nunca dejes de gritar.